Historia
Fundada el 28 de abril de 1934 por Daniel Cosío Villegas y Eduardo Villaseñor, la revista El Trimestre Económico ha estado vinculada a la vida, el desarrollo y la misión del Fondo de Cultura Económica. Remediar la falta de un conjunto sistemático y educativo de libros de economía en español fue uno de sus objetivos principales, así como satisfacer la necesidad de disponer de un órgano relacionado con esta área del conocimiento humano.
De hecho, sería por el empuje de estas nuevas generaciones, así como por la convicción de hombres como Jesús Silva Herzog y Antonio Espinosa de los Monteros, entre otros, lo que haría realidad la instauración de la licenciatura en economía hacia 1929. Correspondió a don Daniel Cosío Villegas, secretario general de la Universidad Nacional, dictar la cátedra inaugural de teoría económica en la nueva carrera.
En medio de un clima nacional marcado por la efervescencia política, la inestabilidad económica y el desajuste social, Cosío Villegas y Villaseñor se dieron a la tarea de consolidar y difundir de manera permanente los conocimientos (en este caso específico sobre economía) que a la postre desembocarían en la formación de profesionales aptos para afrontar los graves problemas que imponía la organización de un sistema económico equilibrado, efectivo y moderno.
La parte inicial de este proyecto se vio cumplida cuando, en 1934, el entonces rector de la Universidad Nacional, Manuel Gómez Morín, convirtió aquella sección de economía en la Facultad de Derecho en la Escuela Nacional de Economía, cuya dirección fue ocupada de manera interina, en dos distintos momentos, por don Jesús Silva Herzog y Federico Bach.
Daniel Cosío Villegas y Eduardo Villaseñor tienen el mérito de haber concebido y materializado un proyecto cuya principal aspiración fue la de dotar de material de análisis a los entonces escasos alumnos de economía en México. Pero la idea de Cosío Villegas tenía mayores alcances, pues el círculo formativo de los futuros economistas mexicanos sólo iba a ser completado si se encontraba la manera de elaborar y publicar en el país los libros y materiales especializados en economía.
El primer paso consistía entonces en editar una revista especializada, inspirada en la solvencia académica y editorial de publicaciones como The Quarterly Journal of Economics y, posteriormente, fundar una casa editora.
Con este propósito claramente definido, Cosío Villegas viajó a España buscando “[...] interesar a dos editoriales españolas en un proyecto de traducción y publicación de textos de economía, pero el poco entusiasmo con el que fue recibida su iniciativa lo hizo buscar una alternativa más cercana. A su regreso de España, Cosío Villegas convenció a Eduardo Villaseñor de empezar por la publicación de una revista.”
Contando con el patrocinio de Alberto Misrachi y la dirección compartida de Cosío Villegas y Villaseñor, enero de 1934 fue la fecha en la que el primer número de El Trimestre Económico pasó por las prensas y vio la luz.
Traducciones de artículos de prestigiados economistas, notas editoriales y colaboraciones de especialistas mexicanos fueron algunos de los contenidos que El Trimestre empezó a divulgar puntualmente bajo el sello de Central de Ediciones. Pero esta historia común que apenas empezaba a desarrollarse experimentó un cambio fundamental hacia 1937.
Ciertos de que no podía abandonarse la idea de ofrecer textos para la formación de economistas, incluidas las producciones originales, Cosío Villegas logró que las existencias de El Trimestre Económico y el Fondo de Cultura Económica (fundado desde 1934 bajo la figura legal de un fideicomiso) se ligaran estrecha y definitivamente, ya que después de tres años de vida, El Trimestre cambió a esta casa editorial y con su apoyo publicó su número de enero de 1937.
Podríamos afirmar que, hasta la mitad de su existencia, la revista se alimentó traduciendo los trabajos de economistas extranjeros editados en las revistas más notables del mundo, para mantener informados a sus lectores sobre las corrientes del pensamiento económico y de las aportaciones técnicas de mayor significación.
En su segunda etapa, a medida que surgían en América Latina un grupo de economistas de gran prestigio, El Trimestre se convirtió en el órgano de difusión más importante de su pensamiento.
Es probable que uno de los mayores logros de El Trimestre sea la edición de la Serie de Lecturas, cuyo primer volumen apareció el 30 de agosto de 1974. La idea preliminar era reunir los textos sobre un mismo tema de carácter económico publicados en El Trimestre, pero pronto se abrieron estas fronteras en todos los sentidos. El propósito fue entonces didáctico: juntar en un volumen trabajos fundamentales que podrían formar una bibliografía amplia sobre un tema.
Acontecimientos como los de la reunión que diera origen a los Acuerdos de Bretton Woods, los pormenores de la creación del Banco de Reconstrucción y Fomento, así como las circunstancias en las que se inscribió el Fondo Monetario Internacional (FMI), son sólo algunos acontecimientos a los que El Trimestre Económico dedicó abundantes reflexiones y páginas.
Pero el desarrollo y consolidación de El Trimestre como una revista seria, oportuna y plural no sólo obedece a su historia y valor testimonial, sino a su relación con temas directamente vinculados al universo de la economía, la historia y la política. Producto de setenta años de tenaz e incesante trabajo, en los números de esta revista han confluido personas, corrientes y perspectivas que difícilmente se encontrarían en otras publicaciones.
Para el Fondo de Cultura Económica es motivo de orgullo y satisfacción llegar a su ochenta y cinco aniversario al lado del también octogenario El Trimestre Económico. Sus vidas han quedado ligadas por más de un motivo y, sin lugar a dudas, compartirán un largo trecho de su porvenir, pues ambos han demostrado su preocupación por respetar los principios que les dieran razón de ser: publicar obras innovadoras que atiendan sólo al criterio de calidad y mantenerse a la vanguardia impulsando y sirviendo como foro a la diversidad de ideas, corrientes, enfoques y expresiones del pensamiento y creación humanas.
Fiel a esta premisa, El Trimestre Económico continuará abordando con rigor y pertinencia académica aquellos problemas que afectan y aquejarán a nuestro país, y de manera más general, a toda la América Latina. En la actualidad, nadie duda que la economía es una disciplina social con movimiento y, que debido a ello, los cambios en el mundo tienen que ir acompañados por nuevos enfoques, análisis y puntos de vista. El Trimestre Económico pretende seguir el ritmo de ese movimiento.
Directores
- 1934 a 1936 (números 1 al 12). Daniel Cosío Villegas y Eduardo Villaseñor.
- 1937 a 1938 (números 13 al 17). Daniel Cosío Villegas, Eduardo Villaseñor y Manuel Mesa. En esta época la revista empieza a editarse por el Fondo de Cultura Económica.
- 1938 a 1942 (números 18 al 38). Cosío Villegas, Eduardo Villaseñor y Emigdio Martínez Adame.
- 1943 y 1948 (números 39 al 57). Cosío Villegas, Eduardo Villaseñor, Emigdio Martínez Adame y Víctor L. Urquidi.
- 1948-1949 (números 58 al 62). Jesús Silva Herzog (con Jorge Espinosa de los Reyes como secretario)
- 1949-1950 (números 63 y 64). Víctor L. Urquidi
- 1950-1953 (número 65 al 76). Víctor L. Urquidi (con Julián Calvo como secretario)
- 1953-1957 (números 77 al 96). Víctor L. Urquidi y Javier Márquez (con Enrique González Pedrero como secretario)
- 1958-1959 (números 97 al 100). Emigdio Martínez Adame (con Óscar Soberón M. como secretario)
- 1959 a 1985 (números 101 al 207). Óscar Soberón M.
- 1985 a 1994 (números 208 al 244). Carlos Bazdresch Parada
- 1995 a 2001 (números 245 al 271). Rodolfo de la Torre
- 2002 a 2003 (números 272 al 278). José Blanco Mejía
- 2003 a 2019 (números 279 al 342). Fausto Hernández Trillo
- 2019 a 2023 (a partir del número 343). Orlando Delgado Selley, Saúl Escobar Toledo, José Valenzuela Feijóo, Jorge Isaac Egurrola (a partir del número 346), Antonio Ibarra Romero y Carlos Salas Páez (a partir del número 359)
- 2024 en adelante (a partir del número 361). Orlando Delgado Selley, Antonio Ibarra Romero, Jorge Isaac Egurrola y Carlos Salas Páez